La elección de una botella de vino en un estante repleto de opciones puede parecer abrumadora, incluso para los conocedores. Sin embargo, para la mayoría de los consumidores, la decisión se reduce a dos factores clave: la cantidad de botellas en el estante y, sobre todo, la etiqueta.
Las etiquetas de vino, a menudo subestimadas, son poderosas herramientas de comunicación visual. Se les encomienda la tarea de transmitir la esencia de una marca, sus valores y la experiencia que el consumidor puede esperar al degustar el vino. Sin embargo, a pesar de su importancia, la creación de etiquetas ha sido, tradicionalmente, un proceso más artístico que científico.
Más que una simple imagen
Los equipos creativos a menudo se enfrentan al desafío de comunicar de manera efectiva la identidad de una marca a través de una etiqueta, pero carecen de herramientas cuantitativas para medir el impacto de sus diseños. Esto ha llevado a ciclos de retroalimentación lentos y a una falta de claridad en cuanto a qué elementos de una etiqueta son más efectivos.
Cole Clark, presidente de AmygdaLaunch, propone un enfoque más estructurado para analizar las etiquetas de vino. Al descomponer una etiqueta en sus elementos básicos (color, tipografía, imágenes, etc.), es posible comprender mejor cómo estos componentes interactúan y cómo influyen en la percepción del consumidor. Según Clark, los componentes clave de una etiqueta exitosa son:
- Color: el color evoca emociones y asociaciones. Un rojo intenso puede sugerir un vino robusto, mientras que un tono pastel puede indicar un vino más delicado.
- Tipografía: la elección de la fuente y el tamaño del texto influyen en la percepción de la marca. Una tipografía elegante puede comunicar sofisticación, mientras que una tipografía más rústica puede sugerir autenticidad.
- Imágenes: las imágenes utilizadas en una etiqueta pueden transmitir una historia o crear una asociación con un lugar o una experiencia.
- Branding: la marca debe ser coherente con la identidad visual de la bodega y debe destacar en el estante.
- Texto complementario: el texto que acompaña a la marca principal proporciona información importante sobre el vino, como su origen, variedades de uva y notas de cata.
Un ejemplo práctico: Casa Donoso Pinot Noir American Barrel Aged
ProTip: Al definir el portafolio para Viña Casa Donoso en Brasil quisimos transmitir nuestra experiencia en el mercado americano a través de una etiqueta que demostrara la tradición de Viña Casa Donoso pero al mismo tiempo fuera atrayendo al consumidor actual, llámese millennial. La etiqueta es entretenida, moderna y también resalta un aspecto técnico como es el envejecimiento en barrica americana.
La etiqueta de Casa Donoso Pinot Noir es un buen ejemplo de cómo combinar elementos visuales y textuales para crear una imagen de marca coherente y potente en un buen vino. Su tipografía elegante y moderna, además del color púrpura intenso evocan sofisticación y transmiten su calidad, además de sugerir un origen natural, auténtico y artístico (la palabra Pinot en color difuminado).
Al adoptar un enfoque más cuantitativo y analítico, podemos mejorar la eficacia de nuestras etiquetas de vino. Mediante el uso de herramientas de análisis de datos, podemos identificar qué elementos de una etiqueta resuenan más con los consumidores y optimizar nuestros diseños en consecuencia.
En conclusión, una etiqueta exitosa es más que una simple imagen; es una herramienta de comunicación poderosa que puede influir en las decisiones de compra de los consumidores. Al comprender los componentes clave de una etiqueta y al utilizar un enfoque más científico para su diseño, podemos crear etiquetas que sean no solo estéticamente agradables, sino también altamente efectivas.
ProTip: Los invitamos a probar nuestro Casa Donoso Pinot Noir American Barrel Aged en Casa Ouro, Goiania, Brasil.